Como todos ya sabemos desde 2020 venimos sufriendo una pandemia debido al virus de SARS-Cov-2 que produce la COVID-19. Muchos hemos perdido amistades o familiares, o al menos conocemos a alguien a quien le ha ocurrido. Al inicio de esta pandemia teníamos a nivel mundial muy poca información acerca de este virus y de su enfermedad, dando al traste con la vida de millones de personas, de las cuales un gran número falleció de forma exponencial en dicho período. Con los posteriores estudios y avances científicos destinados a combatir esta afección varios países han desarrollado un grupo de vacunas destinadas a disminuir las formas graves de dicha enfermedad, significando un descenso evidente en la incidencia, en la ocupación de las salas de Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) y en la mortalidad por COVID-19, con todo lo positivo a nivel sanitario, ambiental y económico que esto conlleva.
No debemos olvidar que las vacunas, en general, desde sus inicios han sido un avance científico revolucionario debido a que han contribuido a lo largo de los años a controlar e incluso a erradicar totalmente enfermedades que antes eran mortales o graves, como son la hepatitis, la tuberculosis, la parotiditis, rubeola, sarampión, meningoencefalitis, viruela, entre otras. A pesar de que las vacunas formuladas hasta hoy no evitan la infección ni la transmisión de la COVID-19, sí dotan a nuestro organismo de un refuerzo inmunitario para combatir la enfermedad en mejores condiciones y evitar las formas graves, disminuyendo así considerablemente los internamientos en UCIs, pérdidas de vidas humanas y pérdidas económicas.
Continúa cumpliendo las medidas sanitarias actuales, pero además vacúnate contra la COVID y protégete, protege a tu familia y protégenos a todos.
Darlington Ablorh Carol
Médico General