BLOG

Profundizando en la autoestima

Abr 18, 2022

Para trabajar con nuestra autoestima os ofrecemos una dinámica individual que nos permite conectar con el inicio de este gran viaje que supone la valoración de uno mismo, para que después, a decisión de cada uno, os permitáis continuar con la exploración, que podríamos decir, es casi infinita.

Para ello os proponemos la siguiente fantasía guiada:

Es importante encontrar un lugar tranquilo y cómodo para realizarla.

Vamos a imaginarnos que hacemos un viaje a nuestra infancia, a los seis o siete años. Poco a poco le damos forma y tamaño a nuestro yo inocente e intentamos conectar con sus sensaciones. Tómate unos minutos para sintonizar con tu niño/niña interno, piensa en cómo iba vestido/a, en su peinado, en su color favorito… Si es necesario podemos ubicarlo en un lugar concreto en el que nos sintamos cómodos y seguros.

Tómate tu tiempo

Una vez somos nuestro niño interno, vamos a recordar todas las personas importantes que nos acompañaban en la vida durante los años de la infancia. No importa si son pocas o muchas, sino conectar con las experiencias que compartimos con ellas y ellos, revivir los momentos como si ocurriesen en el aquí y ahora.

Tómate tu tiempo

Imaginemos ahora que a todas estas personas, que son moldeables (las podemos cambiar de postura), las colocamos en dos filas, estando tu niño o niña interno enfrente de ellas, acompañado de tu yo actual. A la derecha vas a situar a los que te hacían sentir bien y a la izquierda los que te hacían sentir mal. Vamos poco a poco deteniéndonos en cada figura importante, dándoles una postura corporal y situándola en uno de los lados. Tómate todo el tiempo que necesites. Puede suceder que haya personas que nos cueste situarlas en un único lado, no pasa nada, podemos situarlas en el centro o, si nos resulta más fácil, podemos ponerles un apellido que identifique a qué parte de esa persona nos referimos, por ejemplo: mi padre crítico, mi madre jugona… y ponerlas donde más cómodo nos resulte.

Tómate tu tiempo

Una vez hayas terminado, el resultado final es una fotografía de las personas que ayudaron o impidieron la construcción de una autoestima suficientemente buena. Un retrato en el que la niña o el niño interno es capaz de enfrentarse a esas grandes figuras con la compañía del yo actual, con la seguridad que le transmite, para poder conocer y explorar cómo se fue construyendo su propia identidad.

Si te ves con ganas y quieres continuar con la imaginación, te propongo que vayáis (el niño/niña interno y el yo actual) persona por persona, sentándoos enfrente y rastreando cómo os hace sentir, a cada uno y/o a los dos, ese encuentro, e incluso cruzar las palabras que sean necesarias. Quizás sentís que hay aspectos que no se han podido expresar, que eran desbordantes o muy dolorosos, si es así es posible que estemos ante “asuntos inconclusos o no resueltos”. Utilizamos estos términos para referirnos a experiencias que no hemos conseguido integrar y que siguen picando y generando malestar en el día a día. El primer paso para aceptarlos en nuestra historia de vida es conocerlos, por lo que esta puede ser una buena oportunidad.

Tómate tu tiempo

Una vez hayas terminado, la mejor manera de cerrar esta imaginación es despidiéndote de cada una de las personas con las que has interactuado y, sobre todo, dedicándote unos minutos para abrazar con admiración y valentía al niño/niña interno que ha tenido el coraje de enfrentarse a esta situación y ha permitido que el yo actual le acompañe desde la absoluta cercanía.

Esperamos que os haya resultado interesante la dinámica y que continuéis con vuestro propio camino de exploración y aceptación de vuestra historia. En este sentido nos gustaría terminar citando al filósofo Jean-Paul Sartre:

“Lo importante no es lo que han hecho de nosotros, sino lo que hacemos con lo que han hecho de nosotros”.

Rodrigo Martín Fernández

Psicoterapeuta y Criminólogo

¿En qué podemos ayudarte?