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Acerca del suicidio

Ago 13, 2021

Últimamente, son muchos los que hablan acerca del suicidio y la importancia de su prevención… No soy quién para contradecir a nadie, ni quitar mérito o veracidad a las propuestas aportadas por colegas de profesión. Tan solo soy una psicóloga que pretende aportar una mirada distinta sobre la realidad que nos atañe. Por ello, en este breve artículo divulgativo, me gustaría plantear el tema del suicidio desde un enfoque completamente diferente.

¿Qué lleva a una persona a suicidarse? Todos podemos preguntarnos esto en algún momento, especialmente si nos toca de cerca. ¿Existe una respuesta concreta a esta pregunta? La verdad es que no, al menos no como norma general. Esta pregunta solo puede ser respondida desde la historia de vida de cada persona que llega a plantearse quitarse la vida de forma voluntaria.

Quisiera empezar explicando esto último. Cada historia es personal, cada vida es única como única es la persona. ¿Alguna vez alguien te ha contado que NUNCA ha existido, ni existe, ni existirá en la historia NADIE igual que tú? Eres único e irrepetible. Eres única e irrepetible. Tu genética, el momento histórico en que has nacido, tu experiencia de vida, tus heridas, tus proyectos, tus valores, tus creencias, tu manera de pensar, tu inteligencia, tu forma de entender el mundo, tu manera de relacionarte y de amar, tu mirada sobre la realidad y una infinidad de cosas más, han sido configuradas o unidas de tal manera que existes tú. Y esto, querido lector, no se volverá a repetir. Es fascinante.

Pero ¿qué tiene que ver esto con el suicidio? Absolutamente todo. Desde que somos pequeños aprendemos de manera constante, podemos hacer un pequeño ejercicio e imaginarnos nuestra niñez. Cuán asombroso era cada pequeño progreso o cuánto dolor nos podía causar, por ejemplo, escuchar una discusión de nuestros padres… No quiero detenerme en poner meros ejemplos. Sencillamente, quisiera dar valor e importancia a los pequeños acontecimientos del día a día de una persona, desde el inicio de su vida hasta el final de la misma. Estas experiencias, algunas mejor recordadas que otras, otras completamente olvidadas de la memoria consciente, han ido conformando quién soy YO hoy, como cuando paseamos por la orilla del mar y nos volvemos a mirar las huellas «por ahí pasé yo», «aquello fue lo que viví».

No son precisamente los recuerdos más agradables que alberga nuestra memoria aquellos que conducen a la persona a quitarse la vida. Son las heridas y la interpretación que la persona hace de sus experiencias de vida, pasadas y presentes, incluso las que se imagina de futuro, las que pueden hacer que la estructura y la firmeza del yo se tambalee.

Las personas sufrimos, todos, sin excepción. «Ya, pero es que mira, mi padre está terminal en el hospital y ese se queja porque ha suspendido un examen». Las comparaciones son odiosas. El sufrimiento es subjetivo, es una experiencia personal de cada uno. Y no somos nadie para juzgar a quien sufre por cosas aparentemente menos válidas que las que a mí me suceden. Un mismo acontecimiento vivido por dos personas en el mismo momento es experimentado, interpretado e integrado en cada uno de manera diferente.

¿Que cómo prevenimos el suicidio? Los tips típicos (y perfectamente válidos) los podéis encontrar en cualquier cuenta de psicología en instagram o blogs, solo hay que buscar y leer en internet.

Mi aportación sobre lo ya escrito y una breve síntesis de lo que hasta ahora se ha dicho es lo siguiente:

  • Crear vínculos de apego seguros en la infancia y redes de apoyo adecuadas.
  • Dotar de recursos para la resolución de conflictos.
  • Entrenar la tolerancia a la frustración.
  • Fomentar la educación emocional acorde a la edad de la persona.
  • Ejercitar la empatía y el preocuparse por el otro.

Pero lo más, más, más importante, de todo lo que yo haya dicho de nada vale si no le damos un sentido. La mejor manera de prevenir el suicidio o muchas otras disfuncionalidades psicológicas, podría lograrse si ya desde la infancia, los peques son acompañados en la búsqueda y el descubrimiento del sentido, del significado, de las pequeñas cosas que logran, las que no, de las experiencias cotidianas de la vida.

Cuando uno entrena corriendo todos los días, probablemente algún día pueda correr la maratón. Si desde niños entrenamos esa mirada curiosa que se pregunta el para qué de aquello que nos sucede, cuando llegue el momento de enfrentarse a una situación complicada (la maratón), quizá no sepamos qué sentido tiene a priori (no sé si voy a ganar la carrera), pero la experiencia del entrenamiento me dice que aunque ahora mismo no lo vea, mi vivencia y por lo tanto mi vida va a tener sentido. Podré terminar la carrera que empecé, he corrido otras veces, aunque esta vez tarde un poco más.

La vida no es sencilla a veces. Y todos tenemos derecho a sentirnos necesitados de ser ayudados y sostenidos en momentos de debilidad. Si estás pasando por alguna situación complicada, tienes algún familiar o amigo que esté sufriendo y no sepas cómo ayudarle, tienes ideas o pensamientos en torno a la muerte o el suicidio ¡NO ESTÁS SOLO! ¡NO ESTÁS SOLA!

En Grupo Jericó estaremos encantados de poder acompañarte en lo que necesites, haciendo juntos el camino de sacar de ti tu mejor tú.

Estrella Doménech Arellano

Psicóloga Sanitaria

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